domingo, 20 de noviembre de 2011

La despedida

(Octava entrada, primer borrador).



Mi vida ha cambiado totalmente. Hace tres días de que murió mi madre y hoy por la mañana me enteré que mataron a mi padre y a mi hermano. Me encuentro tirada en cama, sin  ánimos. Lo único que deseo es estar  con mis padres y mi hermano. Ya no tengo ninguna razón por la cual seguir viviendo.


La muerte de mi madre fue muy triste. Nos encontrábamos descansando después de un día de tanto trabajo. Eran como la una de la madrugada cuando escuché que se quejaba. Lo último que me dijo fue que me cuidara y que, pasara lo que pasara, continuara con mi vida. Que ella tenía fe en que mi padre y mi hermano me rescatarían. Me dijo que su corazón ya no aguantaba tanta tristeza. De repente la observé cerrar los ojos. Al hablarle, ella ya no me respondió: mi madre había muerto. Lo único que quería en ese momento era que me dejaran despedirme de ella, pero no me dejaron hacerlo. Se la llevaron y no sé si por lo menos la hayan sepultado. A los dos días de su muerte, me enteré de que  a mi padre y a mi hermano los habían matado por intentar escapar.


Me encuentro totalmente sola. No hay medicinas y cada minuto que pasa me siento peor. No sé que ocurrirá conmigo. Tengo muchos sentimientos encontrados. Una señora ayer me estuvo cuidando porque yo tenía mucha fiebre. Esta señora se llama Jovita. Estoy muy triste, le tengo mucho odio al gobierno. Ya no me interesa nada.


Llevo tres días sin mi madre. Antes por lo menos ella me abrazaba y me hacía sentir mucho mejor. Ahora a quién le digo que lo haga. Nadie me puede entender. Hace como tres horas alguien entró a la habitación era, José (el traidor). Le comencé a hacer reclamos, le dije que por su culpa habían matado a mis padres y a mi hermano ¿Qué quería, matarme a mí?: Le rogaba a Dios que lo hiciera, así yo dejaría de sufrir. No menciono palabra alguna. Solo me miraba.


 Poco después me  respondió. Me dijo que no tenía opción, que lo perdonara. Lo único que me podía ofrecer era ayudarme a escapar. ¿Muy fácil no? Lo que respondí fue: "Vete al carajo y mejor intenta limpiar tu conciencia, ojalá jamas pases por el dolor que estoy pasando yo.
¡Largate!". Al escuchar mis gritos, los policías de guardia entraron y comenzaron a golpearme hasta dejarme sin conocimiento, y como siempre -José no hizo nada-.


Poco después desperté. Me duele mucho el cuerpo por los golpes. El doctor que me hizo curaciones me dijo que no me daba muchas esperanzas de vida. Me comentó que mis riñones estaban muy afectados, mis pulmones estaban dañados por el frío y que por la herida que tenía en la pierna izquierda tuvieron que amputarla, ya que al momento de que me la hice no recibí atención médica. Solo espero el momento en que mi corazón se detenga y deje de sufrir. Una vez mi abuela me dijo que después de la muerte las cosas son mucho mejor. Ojala me haya dicho la verdad.


Cada hora que pasa se me hace eterna. Ya no puedo más. Creo que comienzo a tener alucinaciones. Me pareció ver a mis padres y a mi hermano a lado de mi cama. Me llaman y me dicen que pronto estaré bien, que solo tenga un poco más de paciencia. Antes le temía a la muerte, ahora no. Tengo mucho sueño, veo una luz muy brillante y hermosa. Creo que es hora de dormir eternamente...



jueves, 10 de noviembre de 2011

La trampa

(Séptima entrada, final)
 Ya ha amanecido. Nos quedamos en una gasolinera. Por lo menos estamos juntos. Tengo mucho miedo. Mis padres han decidido seguir el camino y ver si encontramos a alguien que nos pueda ayudar. Como quisiera que todo fuera una pesadilla ¿por qué tanta maldad?


Antes de que empezara todo, no sabía valorar lo que tenía. Quisiera tener una segunda oportunidad. Ya casi es navidad. Ninguna familia la pasará junto a sus seres queridos. Que triste. Mi familia y yo teníamos planeado ir a visitar a unos tíos que viven en  Monterrey. Como dicen no hagas planes antes de tiempo, porque no sabes que problemas tendrás antes de realizarlos. Es mejor esperar a que las cosas pasen sin planearlas.


No puedo creer que no haya nadie en la carretera ¿qué habrá pasado con toda la gente? Seguramente el gobierno mando policías para reprimir a los habitantes de Veracruz o al menos a los de Coyutla. Mi madre dice que vayamos a Coatzacoalcos.  A lo mejor  ahí la situación es otra.


Nos aventuraremos. Hace un momento me marcó mi amiga Brenda. Me comentó que se encuentra bien y que pudo escapar con su familia a Estados Unidos. No logro comunicarse antes conmigo porque habían intervenido todas las llamadas telefónicas.



¡Rayos! un retén. ¿Ahora qué haremos? No lo puedo creer es José ¿cómo le hizo para regresar a la polícia? No entiendo. 


Es una trampa. José nos engañó. Nos trajo a Veracruz para hacer más facil nuestra prisión. Se han llevado a mi padre y a mi hermano a golpes. A mi madre y a mí nos llevaran a Puebla. ¿Qué pasará con nosotros? Tengo tantas ganas de llorar. Pero es como mostrarme débil y no quiero preocupar a mi madre.


Nos llevan en una camioneta. Hay varias mujeres, entre ellas una anciana. No puedo creer que sean tan crueles y no le tengan compasión a una pobre viejecita. ¡Por favor que alguien me despierte de esta pesadilla! No acepto que  esto sea realidad.  ¿Mañana seguiré con vida?


Solo me queda rezar, y esperar a que suceda un milagro. Espero que al despertar todo esto solo haya sido una terrible pesadilla...



viernes, 4 de noviembre de 2011

El engaño

(Sexta entrada, final)

Hoy por la noche partiremos a Veracruz. Ya tenemos todo listo, solo llevamos lo necesario. Mis padres lograron juntar un poco de dinero y compraron una camioneta. La situación aquí es tranquila comparada con la que vivíamos en el D.F. Tengo que esperar a que lleguen mi hermano y mi padre de trabajar para que nos podamos ir.

En este mes que estuvimos en Puebla aprendí a manejar. Mi vida ha cambiado mucho. No sé a quién pedirle consejos. Antes se los pedía a mi abuela, una persona muy cariñosa, sabia y sobre todo inspira confianza, la extraño mucho y quiero verla. Ya casi es hora de que lleguen mi hermano y mi padre. Los esperaré en la camioneta. Así acordamos.

Vamos saliendo de Puebla. Estamos por pasar la primera caseta de cobro. Mi madre está muy nerviosa. Yo le digo que se tranquilicé que todo estará bien. Aunque yo me encuentro igual que ella, ¿qué tal si nos equivocamos a l irnos de Puebla?

Ojalá que no y todo salga bien. Mi padre dice que nos faltan como tres horas para llegar a Veracruz. Me muero por llegar. Todo será nuevo. Mi hermano me comentó que escuchó por la radio que en Veracruz tengo la posibilidad de seguir estudiando. Esto me causa una gran alegría.

Eso quiere decir que podemos empezar de cero nuestras vidas. Por algo pasan las cosas y esta vez creo que fue para mejorar. Al fin llegamos, pero ¿qué sucede? ¿adónde ha ido la gente? Parece una película de terror. La ciudad está vacía. No siempre las cosas salen como uno las planea. Ahora vamos a buscar un lugar en donde dormir y esperar a que amanezca. Honestamente, yo no podré dormir. No se suponía que las cosas aquí estaban mejor. No logro entender lo que pasa. Nos han engañado. Por lo pronto solo me queda esperar a que amanezca…