domingo, 30 de octubre de 2011

La Huída

(Quinta entrada, final)


Hace dos semanas decidimos salirnos de casa. Con ayuda de José hemos logrado llegar a Puebla. La situación en Puebla no está tan mal. Mi padre y mi hermano encontraron un empleo temporal. Ahora vivimos en un pequeño cuarto. Por lo menos he podido dormir tranquila: Aquí no se escuchan balazos en la noche, la gente puede salir a hacer sus compras y no te discriminan por ser cristiano.


Mis padres han decidido que nos quedemos hasta que junten un poco de dinero. José en cuanto nos instalamos se despidió de nosotros y nos comentó que se iría en busca de su esposa y su pequeño hijo. Estoy muy agradecida con él, ojala y encuentre a su familia.


Hoy después de tantos días de encierro pude salir a la calle y caminar tranquilamente, al regresar a casa mi madre me regaño y me dijo que no me confiara tanto. Es increíble como ha cambiado mi vida en unos cuantos meses. No he tenido noticias de mis amigos ni de mis familiares, espero se encuentren bien. Es muy extraño ahora viviré como nómada (de un lugar a otro). Me siento muy triste no sé si esto algún día termine.


Si tan solo pudiera tener la oportunidad de cambiar las cosas, lo haría. Quisiera que mañana al despertar todo esto fuera un mal sueño y ser feliz. Sobre todo aprovechar todo lo que el gobierno nos quitó: Las oportunidades de empleo y educación, la libertad de expresión, la igualdad entre todos los ciudadanos no importando su religión o preferencia social.


Dentro de un mes nos iremos a Veracruz, ya no estamos tan lejos. Hoy el día se me ha hecho muy largo, en otras circunstancias estaría chateando o paseando con mis amigos. Mis padres dicen que no debo quejarme tanto, que lo mas importante es que estamos juntos. Lo sé, solo que ha sido un cambio instantáneo ni siquiera nos preguntaron si estábamos de acuerdo.


Me iré a dormir, espero mañana tener pensamientos positivos y no quejarme tanto de la vida que llevo ahora. Debo acostumbrarme y tratar de ver las cosas lo más positivamente.

viernes, 21 de octubre de 2011

El desconocido

(Cuarta entrada, final)


Hoy por la mañana nos enteramos de las noticias más relevantes de estas semanas. Es impresionante todo lo que está ocurriendo en el país. Ayer al subir a la habitación de mis padres, encontré en ella a un muchacho tirado en el suelo: Estaba muy golpeado y desmayado.


Llamé a mi hermano, con su ayuda lo llevamos al sótano. Mi madre le curó sus golpes y nos aconsejó que lo dejáramos descansar. Esto me causo muchas dudas y preocupaciones: ¿Cómo había entrado a mi casa?


Al día siguiente el muchacho ya estaba despierto, nos dijo que se llama José y que es policía. Nos explicó como entró a casa y porqué, esto fue lo que nos dijo:


Antes que nada disculpen el haber entrado a su casa sin permiso, no tenía opción. Como les dije soy policía o mejor dicho era policía. Ayer me fui a  trabajar como todos los días, en mi trabajo nadie sabía que mi religión es cristiana y como ya saben por ordenes del presidente de la república a todos los ciudadanos cristianos se nos ha prohibió trabajar, estudiar, expresarnos y salir a la calle. Se me ocurrió comentarle a un compañero, que no estaba de acuerdo que a los niños se les  alejara de sus madres solo por el simple hecho de ser cristianos. A lo que el me respondió: ¿A caso eres cristiano o porqué razón los defiendes? Sí, soy cristiano y estoy cansado de tener que negarlo, le respondí.


Al momento mi compañero no dijo nada, creí que no le diría a nadie pero no fue así. Cuando traté de salir de mi trabajo me lo impidieron, comenzaron a golpearme hasta dejarme sin conocimiento. Cuando reaccioné, me levanté como pude y logré escapar. Al ir caminando por la calle miré que la ventana de su casa estaba abierta, así que decidí ocultarme aquí pensando que la casa estaba abandonada. Por esta razón llegué aquí.


Mi familia y yo hemos decidido que José se quede mientras sana de sus golpes. Es increíble lo mal que esta la situación. Parece mentira, pero es la realidad. 


Hoy tuvimos una esperanza, en las noticias escuchamos que en el estado de Veracruz no se ha establecido "La Ley de Pureza". Tenemos la posibilidad de escapar a Veracruz y comenzar una nueva vida. Solo que tenemos que esperar a que José sane de sus golpes, nos comentó que el podía ayudarnos. Espero y en verdad nos ayúde y que no sea una trampa, me urge escapar de este infierno. 

domingo, 16 de octubre de 2011

Recuerdos

( Tercer entrada, final).
Han pasado tres semanas, creí que todo terminaría pronto pero no es así. Cada día este problema crece más.


¡No soporto estar encerrada! Extraño tanto aquellos días en los cuales solía pasear con mis amigos, admirar las estrellas, ir a la universidad y sobre todo expresar mis pensamientos. No he tenido noticias de mis familiares y amigos, no sé si estén vivos o muertos.


¡Esta situación me esta volviendo loca! Ayer salí de casa sin que mis padres y mi hermano se dieran cuenta. Noté lo terrible que están las calles: Paredes llenas de balazos, cristales rotos, sangre por doquier. Llegué a casa y me puse  a pensar: ¿Por qué de un momento a otro todo se ha vuelto una pesadilla?

Mi casa ya no es un hogar si no una prisión. En un periódico que dejaron debajo de la puerta encontré un artículo que decía:


Todos los países nos encontramos desconcertados por la situación que está viviendo México, ya que después de ser un país democrático y de libre expresión hoy en día se ha vuelto en un país reprimido. Lo más increíble es que el gobierno mexicano está siguiendo los consejos del gobierno estadounidense. Estados Unidos afirma que llevando a acabo esta reforma el país mejorará económica, política y socialmente. Llevándolo a un reconocimiento internacional e inclusive lograr hacerlo una potencia mundial. En nuestra opinión creemos que es solo una táctica utilizada por Estados Unidos para apoderarse del territorio mexicano.

Me sorprendí, este artículo tenía razón. La poca aptitud de nuestro presidente está poniendo en riesgo nuestro territorio. No creo que matando personas México se convierta en una potencia mundial. Tengo que escapar pronto con mi familia.


De regreso al sótano tropecé con un oso de peluche, tenía mucho que no lo veía es mas ya ni me acordaba de él. Al tomarlo en mis manos vinieron  a mi mente recuerdos de mi infancia: Tenía cinco años cuando mi padre me lo regaló. Nunca me separaba de él ni siquiera para dormir, cuando tenía pesadillas lo abrazaba y el miedo se me quitaba. Esta vez traté de hacer lo mismo pero no funcionó. 


Dicen que los problemas con una sonrisa en la cara son más fáciles de llevar pero ¿cómo puedo sonreír ante tal situación? Me he dado cuenta lo importante que es saber elegir a nuestros gobernantes.

sábado, 8 de octubre de 2011

Terrible Realidad

( Final, segunda entrada).
Al  despertar pensé que todo había sido un mal sueño pero al ver que estábamos en el sótano noté que no era así. Observé que mis padres no habían dormido. 


Lo que más me preocupa es el saber que me pueden separar de mi familia. Me siento pésimo; no sé si quiero llorar, gritar o solo reírme y tener la esperanza que todo pasará pronto.


Sé, que las cosas en el país andan muy mal. El narcotráfico se ha incrementado y los asesinatos en las calles por ajustes de cuentas son cada vez más elevados. No sé quién es más cruel si el gobierno por  sus "Leyes de Pureza" o el "Crimen Organizado".


Mi hermano ha bajado el televisor al sótano, lo conecto y lo encendió. Tratamos de buscar señal pero es imposible ningún canal tiene, cuando al fin encontramos uno observamos que el presidente estaba dando un informe de gobierno. Su forma de mostrarse ante las cámaras televisoras me desconcertaron ¡tenía una pose como de artista de Hollywood! solté unas carcajadas más que de burla eran de coraje: Cómo podía estar ahí tan tranquilo sabiendo que por su nuevo decreto estaba asesinando a cientos de personas.   


Escuchamos muchos gritos, por el tono de voz nos dimos cuenta que eran los gritos de un vecina la cual tiene una papelería y un bebé. Entre lo que alcanzamos a escuchar:


- Por piedad no me quiten a mi bebé; ¿a dónde lo llevaran? solo tiene cinco meses. Al escuchar esto sentí un nudo en la garganta quise salir corriendo y ayudarla. Cómo podían tener el corazón tan duro y quitarle a un bebé indefenso a su madre, qué haran con él.


Esas horas fueron las más terribles de mi existencia. Antes me preocupaba por problemas que eran muy insignificantes, comparados con estos. Está realidad es muy aterradora solo le pido a Dios que esto termine pronto.


Creo que las cosas irán empeorando cada vez más. Sin darme cuenta otra vez era de noche. Estando recostada traté de pensar en otra cosa pero no podía lograrlo. Ojala mañana sea un día como los de antes.

martes, 4 de octubre de 2011

Frustrado Amanecer

( Final, pimera entrada).
Hoy  desperté y como de costumbre comencé a preparar mis cosas para irme a la escuela. Miré a mi hermano mayor alistándose para irse a trabajar  no le permiten llegar tarde. Un poco más tarde salí de casa rumbo a la escuela; todo parecía ir normal. Al llegar al metro noté que había muchos policías y varias filas de jóvenes ¿no sabía qué era lo que pasaba?


Me sorprendí demasiado. Observaba como muchos chavos, chavas y ancianos comenzaban a correr ¿no sabía porqué lo hacian? Delante de mi  pasó un señor  y descuidadamente tiró su periódico, el encabezado decía:


Por decreto del gobierno se ha estipulado que todos los ciudadanos; cristianos, homosexuales, discapacitados y enfermos no podrán tener acceso a las universidades, negocios públicos y privados. El ciudadano que pertenezca a las categorías mencionas y  viole este decreto será encarcelado y se le decomisaran todos sus bienes. Teniendo como  objetivo llevar acabo "La Ley de Pureza" instauradas por el nuevo gobierno.


No creía lo que estaba pasando. Corrí a donde pude, tropecé con mi amigo Emilio. Me agarró del brazo y me llevó hacia su vehículo, logramos alejarnos del sitio. Un poco más tranquilos nos quedamos viendo, no podíamos creerlo lo que estaba pasando: Porqué esa decisión de un día para otro. Emilio me llevó a casa, lo primero que hice fue buscar a mi madre. Al verla la abracé fuertemente noté que unas lágrimas caían sobre mi rostro. Comencé a platicarle lo que me había pasado y preocupada mi madre me dijo:


-Lo bueno es que estas bien y lograste escapar. Me preocupa tu padre y tu hermano, espero en Dios que se encuentren bien.


Enseguida encendí la radio, comenzamos a escuchar que cientos de cristianos, homosexuales, discapacitados y enfermos estaban siendo encarcelados por policías del  nuevo gobierno. Mi angustia creció. Fuera de mi casa escuché como unos policías aprehendían a un vecino el cual es homosexual, lo estaban masacrando a golpes. Mi madre me tomó del brazo apago la radio y nos fuimos al  sótano de la casa. No sabía que pensar; la ciudad está llena de policías.


Miré mi relog, eran más de las siete de la noche: Mi padre y mi hermano aún no llegaban. De repente escuchamos un ruido arriba de la casa. Mi madre dijo:


-Iré a ver qué pasa, no te vallas a mover de aquí. 
Contesté que sí, pero me quedé preocupada: decidí seguirla sin que se diera cuenta, pero al llegar a la parte de arriba noté que eran mi padre y mi hermano los que habían llegado. Corrí a  abrazarlos, me percaté que mi hermano estaba golpeado. Nos fuimos hacia el sótano para refugiarnos, al estar ahí cuestione a mi hermano.


-¿Te habían atrapado verdad?, él respondió:


-Sí, pero logre escaparme, al ir corriendo por la avenida encontré a papá el cual venía huyendo también. Nos logramos ocultar en unos botes de basura, esperamos hasta que se fueran  los policías y después logramos llegar a casa. Realmente pensé que no los volvería a ver.


Pasaron las horas: Nos mirábamos el uno al otro, qué pasaría con nosotros. De repente todo había cambiado ya no eramos libres de  salir a la calle. Esa noche traté de dormir pero no lograba conciliar el sueño. Le dije a mi madre:


-Qué clase de vida nos espera de hoy en adelante, no es justo. Siento coraje e impotencia al no poder hacer nada. ¿Qué pasara mañana?